miércoles, 9 de febrero de 2011

la falibilidad de las estructuras del poder público.

En nuestro sistema constitucional, comunmente se nos ha dicho que tenemos un sistema representativo, federal, democrático repúblicano. Esto es, compuesto de la division de tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.  De ahí la conveniencia de señalar que doctrinalmente abordado el tema por Montesquiu, Jhonn Locke., y otros tratadistas ; esta división obedece a limitar el poder público, por otro poder, de igual jerarquía. El temor a los excesos en que se incurría en los regímenes monarquicos , dictatoriales,  en que el poder absoluto residía y encarnaba en una persona , ha sido la justificante para enarbolar el principio de la Trinidad. En nuestra Costitución Politica Mexicana, así está establecido y cada poder tiene señalado el ámbito de su competencia. Pero que sucede, cuando el control de estos poderes está en manos de un solo partido politico?   Esta es una pregunta lógicamente fácil de responder. Ahi está lo que aconteció recientemente en el Estado de México, en la administtración de Arturo Montiel o aún más, lo que acontece en el Estado de Nayarit. Un gobernante que se preocupó de vacunarse a la hora de entregar el poder público; rodeado de legisladores lacayos que le han cumplido todos y cada uno de sus caprichos, sin que la minoritaria oposición pueda hacer algo al respecto. Un poder Judicial  excesivamente integrado por Magistrados afines  a él gobernante en turno --ni siquiera en la Suprema Corte se ve ésta aberración-- y ahora con la próxima puntada de hacer vitalicio el cargo de Procurador de justicia que igualmente pasará, no me cabe la menor duda. Estos son los excesos , aparte de los estados financieros  en que se dejará  sin dinero las arcas de la próxima administrácion entrante. Un Estado sumido en la violencia, en el desempleo, en la corrupción, un vació de poder que se  siente y un clima de inseguridad atróz. Es por eso que le doy la razón a un amigo y colega de profesión, cuando le cuestionaba al precandidato Acosta Naranjo, ¿ que para que aspitraba a ser gobernador? si el que llegara a serlo, encontraría un Estado en ruinas. Pero nuestro amigo Naranjo, con la debida tranquilidad le contestó habilmente : porque nos pica el orgullo y la cresta los grandes retos, porque estámos acostumbrados a enfrentarnos a éllos y esa ha sido siempre nuestra eterna lucha y  sabemos que tenemos proyectode gobierno para enderezar éstas chingaderas.  Y vaya que lo dijo con razón, atrás de él existe un gran equipo de profesionales que tienen la capacidad y el conocimiento para revertir ´´esta realidad que nos agobia a todos por igual. Debemos apostarle a darle a las instituciones creadas al efecto, su funcionalidad y ámbito de competencia constitucional, de reinsertar el famoso Estado de derecho y un ESTADO CONSTITUCIONALMENTE  INTEGRADO, donde haya verdaderamente  límites a los excesos  de la tentación del poder.